El niño que domó el viento.

Para el año 2001 la ciudad de Wimbe, en Malawi, sufrió una de las peores sequías. Muchos morían de hambre y el destino de mortandad para toda la comunidad prácticamente estaba sellado.

En medio de esta gran crisis, un joven de 14 años llamado William Kamkwamba decidió construir un molino de viento que les permitiera sacar agua de un pozo profundo. Lograr esto permitiría que William, su familia y toda la comunidad pudieran salvar la cosecha y sobrevivir a la gran hambruna y sequía.

¿Cuál era el problema que William tenía? Que él no tenía ningún PRECEDENTE en su pueblo Wimbe que le indicara cómo construir un molino de viento. Nadie había construido un molino de viento anteriormente. De hecho, muchos ni siquiera sabían qué era un molino de viento.
William, con mucho ingenio y valentía, buscó en el vertedero una serie de piezas y chatarra vieja y con esa "basura" logró construir un molino de viento. ¿Cuál fue el resultado? Su familia y toda una comunidad se salvaron de morir de hambre.

Hay por lo menos seis áreas que debemos trabajar para poder convertirnos en DOMADORES DEL VIENTO, aún cuando no tengamos un precedente que nos guíe.

1- NO TE DETENGAS POR EL TEMOR
Usualmente el temor nos acompaña cuando tenemos que enfrentar situaciones nuevas y desconocidas. La ansiedad también puede acompañarnos cuando no tenemos la certeza de que las cosas van a salir bien o de determinada manera.
Entonces, ¿qué experimentamos? Miedo y temor. El miedo puede ser en ocaciones algo bueno y necesario siempre y cuando no nos detenga o paralice. El miedo puede ser útil cuando nos lleva a ser precavidos y cuidadosos en la toma de decisiones; pero se convierte en algo dañino cuando nos detenemos y no salimos de nuestra zona de confort.


2- IGNORA LAS CRÍTICAS
Las críticas son uno de los distractores más grandes que tenemos cuando estamos emprendiendo un proyecto, realizando algo innovador o simplemente haciendo nuestros trabajos cotidianos. La Biblia narra la historia de Nehemías, un hombre que asumió el gran desafío de reconstruir los muros de Jerusalén y dar ánimo a sus habitantes en una época en donde las ruinas de la ciudad estaban por todas partes, pero más importante aún las ruinas a nivel espiritual y emocional en los habitantes de la ciudad. El desafío más grande que enfrentó Nehemías fue ignorar las críticas, no caer en la tentación de responder a sus detractores enfocándose así en la tarea que tenía por delante.
No te distraigas ni te detengas ante las críticas de aquellos que no entienden lo que estás haciendo, de aquellos que vienen con un "consejo" o crítica constructiva. Es de sabios escuchar consejos, y es algo muy necesario; pero cuidado, no confundas consejo con crítica constructiva. Cuando atiendes y te defiendes de las críticas pierdes fuerza y tiempo. Cierra tus oídos a estas voces.

3- EL QUE NADIE LO HAYA HECHO ANTESO SIGNIFICA QUE TÚ TAMPOCO PUEDAS HACERLO.
Emprender algo nuevo, especialmente si nadie en tu familia o círculo social lo ha realizado antes, es un gran desafío. ¿Por qué? Por las mismas dos razones que antes hablé (miedo y críticas). Siempre habrá la posibilidad de que las cosas no nos salgan bien y tengamos que volver a intentarlo de otra manera o simplemente reconocer que lo que hacemos no es lo mejor para nosotros. Pero esta posibilidad de "fracaso" no debe detenernos (aún el fracaso es ganancia cuando viene acompañado aprendizaje).

Noé construyó el arca que salvó su vida, la de su familia y la del reino animal. En su época no había un precedente que le enseñara cómo construir un barco ya que nadie lo había hecho antes.

Moisés no tenía un precedente o un libro de texto que le indicara cómo conducir a un pueblo de más de 2 millones de personas a pie por el desierto. Tampoco nadie había enfrentado a faraón con una vara pastoril de madera; y mucho menos dividir con esta vara el Mar Rojo.

David no tuvo a nadie que le enseñara a vencer a un guerrero gigante. ¿Por qué? Porque nadie lo había hecho anteriormente. Y en su caso particular hay que añadirle que enfrentó al gigante Goliat con solo una honda, sin experiencia militar y sin armadura de soldado. Él no dejo que el temor y las críticas lo detuvieran.

4- ASUME RIESGOS
Te mentiría si te dijera que enfrentar desafíos o emprender algo nuevo sólo se logra con determinación, valentía y enfoque. Siempre habrá que asumir riesgos, invertir recursos y tiempo. Me atrevería decir que el 99% de las personas exitosas asumieron riesgos y en ocaciones estos riesgos vinieron acompañados de resultados adversos o negativos.

Sin embargo NUNCA avanzaremos y conquistaremos montañas sin asumir riesgos. Noe, Moises y David y muchos otros como William en Malawi hicieron cosas increible a pesar de que había el riesgo de que las cosas no salieran de la manera esperada.

Recuerda que es mejor emprender y ejecutar algo sabiendo que existe la posibilidad de que las cosas no siempre saldrán como uno quiere, a no hacer nada y que pasen los años y no tengamos avances en áreas de nuestra vida y con la tristeza y la duda de querer saber qué resultado hubiéramos tenido si en el pasado hubiésemos realizado tal o cual cosa.

5- TEN VISIÓN
La vista tiene que ver con lo que tus ojos te muestran por delante, en tu entorno inmediato. Pero la visión es cuando puedes visualizar el futuro en tu interior.

Tenemos visión cuando contemplamos y traemos el futuro a nuestro presente. En Malawi en donde otros personas veían basura el joven William veía un molino, veía un sistema de riego que salvaría no solo a su familia sino a toda una comunidad.
Cierra por un momento tus ojos y observa en tu interior tu negocio, tu título universitario, tu ministerio, etc
Contempla, mira y observa en tú interior lo que ya Dios determinó para ti en la eternidad.

6- PIDE SABIDURÍA A DIOS.
Todo lo anterior está incompleto sin la sabiduría y presencia de Dios en tu vida. Tenemos que tener total dependencia de él. Jesús declaró: Sin mi nada pueden hacer (Juan 15:5).

La sabiduría de Dios te permitirá tomar decisiones correctas y te conectará con las personas adecuadas. La Biblia declara que podemos pedirle sabiduría a Dios y que él nos dará en abundancia (Santiago 1:5).
Dios es la fuente de toda sabiduría.

Omar Santiago Sepúlveda

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