Salvación en el Titanic

La noche del 14 de abril de 1912 el barco más majestuoso e imponente del mundo impactó el Iceberg que provocaría su posterior hundimiento. Al día siguiente los principales periódicos del mundo reseñaron la noticia de la tragedia del Titanic y las cientos de personas que perdieron la vida. La muerte era la noticia que dominó la primera plana.

Pero ningún periódico reseñó la extraordinaria noticia de salvación que sucedió esa noche en el Titanic a través del
Pastor John Harper. Este fue un pastor escocés, viudo, que se dirigía con su pequeña hija de seis años a predicar en Chicago.

Luego de ayudar a las mujeres y niños se subieran a los botes salvavidas, el Pastor Harper comenzó a predicar su último sermón: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa". (Hechos 16:31) Esto lo repitió una y otra vez a todos los que aún quedaban en el barco.

Testigos de este suceso narraron cómo el Pastor Harper, aún luchando con el frío y la hipotermia en medio del océano, seguía gritando: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa".
Cuatro años más tarde, en una convención de ministros en Canadá, un joven predicador llamado Agilla Webb, narró cómo fue que en medio del frío océano el Pastor Harper le predicó. Agilla Webb narró:
"Las olas trajeron al Pastor Harper delante de mi en dos ocaciones. Y en ambas me hizo la misma pregunta:
¿Eres salvo? A lo que respondí: No, no lo soy.
E inmediatamente el Pastor, casi sin fuerzas, me gritaba:
Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.

En la segunda ocasión vi cómo el Pastor se hundía en el océano para nunca más volverlo a ver. En ese momento creí en Jesús y le entregué mi vida a él."

Mientras se desarrollaba la mayor tragedia de destrucción y muerte de una embarcación, sucedía un milagro de salvación en muchos de los que allí estuvieron. Sí, salvación en medio del Titanic.

Esta maravilla historia de salvación me llevó a reflexionar
en estas preguntas:
¿Cuán conscientes estamos de que la vida aquí es pasajera y que todas las acciones que tomamos deben ir
enfocadas en la eternidad con Dios?
¿Cuando fue la última vez que hicimos un alto para gritarle al mundo: Cree en el Señor Jesucristo y serás
salvo tú y tu casa?

Que el nuestra última huella que dejemos aquí en la tierra sea de bendición para otros, de tal manera que les sirva para puedan seguir a Jesús hasta la Eternidad.

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